Lifetime: El asesino de la cara feliz
En El asesino de la cara feliz, Keith Hunter Jesperson (David Arquette) parece ser un hombre como cualquier otro. Sin embargo, esconde un secreto: de hecho, es el criminal que se hizo conocido en los periódicos como "El asesino de la cara feliz" - debido a la firma de las cartas que envió a la policía - un asesino en serie que mató a varias mujeres durante un período de cinco años, haciendo que todos los oficiales de policía en la región formaran un grupo de trabajo para capturar a Jesperson.
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Sigue la caza y la captura definitiva del asesino en serie Keith Hunter Jesperson. Un aspirante a policía convertido en camionero de larga distancia después de un matrimonio fallido, Jesperson estranguló a su primera víctima después de una discusión y volvió a la carretera al día siguiente, matando al menos a ocho mujeres en un lapso de cinco años mientras cruzaba el país.
Molesto después de que una mujer confiesa falsamente que ella y su novio son responsables de uno de sus asesinatos, Jesperson comienza a burlarse de las autoridades enviando una serie de cartas inquietantes a los editores de periódicos, incluso garabateando confesiones en las paredes de las paradas de descanso de la carretera admitiendo que amaba matar a sus víctimas.
Al firmar sus notas morbosas con un rostro feliz, se ganó el famoso apodo, "Happy Face Killer" y dejó para siempre su marca de miedo.
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SINOPSIS
Sigue la caza y la captura definitiva del asesino en serie Keith Hunter Jesperson. Un aspirante a policía convertido en camionero de larga distancia después de un matrimonio fallido, Jesperson estranguló a su primera víctima después de una discusión y volvió a la carretera al día siguiente, matando al menos a ocho mujeres en un lapso de cinco años mientras cruzaba el país.
Molesto después de que una mujer confiesa falsamente que ella y su novio son responsables de uno de sus asesinatos, Jesperson comienza a burlarse de las autoridades enviando una serie de cartas inquietantes a los editores de periódicos, incluso garabateando confesiones en las paredes de las paradas de descanso de la carretera admitiendo que amaba matar a sus víctimas.
Al firmar sus notas morbosas con un rostro feliz, se ganó el famoso apodo, "Happy Face Killer" y dejó para siempre su marca de miedo.
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