Investigación Discovery estrena El Palmar de Troya
La nueva producción de ID, la miniserie EL PALMAR DE TROYA, cuenta la historia de la Iglesia Cristiana Palmariana, una disidencia de la fe católica que durante casi cincuenta años fue el refugio de una peligrosa trama de fraude. Estrenada el miércoles 13 de abril a las 22:00 horas, la producción de cuatro episodios muestra que la realidad desafía a la ficción, especialmente cuando la devoción de los fieles es utilizada como arma por los delincuentes.
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A lo largo de casi cincuenta años, ha habido innumerables informes e investigaciones sobre prácticas turbias en la Iglesia Palmariana. Además de recopilar los hallazgos ya realizados por estas investigaciones, EL PALMAR DE TROYA aporta información nueva y exclusiva al entrevistar a antiguos miembros de la orden religiosa que revelan secretos desconocidos para la opinión pública hasta hoy.
Las fuentes de la miniserie son el Papa Emérito de la Iglesia Palmariana, Gregorio XVIII, cuyo nombre real es Sergio Ginés Hernández, actualmente en prisión, y su esposa, Nieves Triviño, una antigua monja palmariana también encarcelada por participar activamente en los crímenes de su marido. Ambos abandonaron la orden palmariana para casarse y protagonizaron los hechos que marcarían la caída de la iglesia: la cinematográfica huida en el ‘papamóvil’, un lujoso BMW, para vivir finalmente su romance secreto, y un frustrado intento de robo a la iglesia, ocurrido en 2018.
La miniserie recapitula momentos emblemáticos del caso, desde finales de los años 60 hasta la actualidad, con la ayuda de estos testimonios exclusivos, así como de imágenes de archivo y dramatizaciones. Clarividencia simulada, reliquias falsas, fraudes a gran escala, excomuniones injustificadas, santificaciones absurdas, abusos sexuales en nombre de la fe... Todo se justificaba con el mito fundacional de la iglesia: cuatro niñas afirmaban haber presenciado la aparición de la Virgen María en la finca ‘La Alcaparrosa’ en 1968.
La congregación hizo caso omiso del Concilio Vaticano II y adoptó características similares a las que profesaba la fe católica antes de él. El rechazo del sínodo fue la base del credo y las obligaciones de los palmeros, liderados por el autoproclamado Papa Gregorio XVII, o Clemente Domínguez, hasta entonces conocido contable de una compañía de seguros. Las supuestas apariciones de Jesús y la Virgen a Clemente en los años 70 fueron su justificación para crear la orden y, en 1978, proclamarse sumo pontífice.
Había que utilizar el latín durante la misa, las mujeres sólo podían rezar con el pelo cubierto por un velo y no podían llevar pantalones. Otras normas incluían la prohibición de ver películas, llevar mangas cortas, votar en las elecciones, hablar con cualquier persona fuera de la Iglesia Palmariana y tener que dar un diezmo a la orden cada mes. Clemente estableció una organización que protegía su intimidad, y nadie que no comulgara con su credo podía entrar en el santuario.
Los fantasiosos mensajes divinos también incluían la condena de los obispos que criticaban a Franco, quien, según Clemente, era el salvador de la Iglesia. Según sus supuestas visiones, el dictador debería ser canonizado. Un mensaje de 1974 advertía que si el sucesor de Franco desaparecía tras su inminente muerte, el marxismo y el capitalismo acabarían con el cristianismo para siempre. Clemente proclamó repetidamente la inminencia del Apocalipsis, y el fin se acercaba de hecho para la Iglesia Palmariana.
TRANSMISIÓN: Miércoles a las 10PM en ID.
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A lo largo de casi cincuenta años, ha habido innumerables informes e investigaciones sobre prácticas turbias en la Iglesia Palmariana. Además de recopilar los hallazgos ya realizados por estas investigaciones, EL PALMAR DE TROYA aporta información nueva y exclusiva al entrevistar a antiguos miembros de la orden religiosa que revelan secretos desconocidos para la opinión pública hasta hoy.
Las fuentes de la miniserie son el Papa Emérito de la Iglesia Palmariana, Gregorio XVIII, cuyo nombre real es Sergio Ginés Hernández, actualmente en prisión, y su esposa, Nieves Triviño, una antigua monja palmariana también encarcelada por participar activamente en los crímenes de su marido. Ambos abandonaron la orden palmariana para casarse y protagonizaron los hechos que marcarían la caída de la iglesia: la cinematográfica huida en el ‘papamóvil’, un lujoso BMW, para vivir finalmente su romance secreto, y un frustrado intento de robo a la iglesia, ocurrido en 2018.
La miniserie recapitula momentos emblemáticos del caso, desde finales de los años 60 hasta la actualidad, con la ayuda de estos testimonios exclusivos, así como de imágenes de archivo y dramatizaciones. Clarividencia simulada, reliquias falsas, fraudes a gran escala, excomuniones injustificadas, santificaciones absurdas, abusos sexuales en nombre de la fe... Todo se justificaba con el mito fundacional de la iglesia: cuatro niñas afirmaban haber presenciado la aparición de la Virgen María en la finca ‘La Alcaparrosa’ en 1968.
La congregación hizo caso omiso del Concilio Vaticano II y adoptó características similares a las que profesaba la fe católica antes de él. El rechazo del sínodo fue la base del credo y las obligaciones de los palmeros, liderados por el autoproclamado Papa Gregorio XVII, o Clemente Domínguez, hasta entonces conocido contable de una compañía de seguros. Las supuestas apariciones de Jesús y la Virgen a Clemente en los años 70 fueron su justificación para crear la orden y, en 1978, proclamarse sumo pontífice.
Había que utilizar el latín durante la misa, las mujeres sólo podían rezar con el pelo cubierto por un velo y no podían llevar pantalones. Otras normas incluían la prohibición de ver películas, llevar mangas cortas, votar en las elecciones, hablar con cualquier persona fuera de la Iglesia Palmariana y tener que dar un diezmo a la orden cada mes. Clemente estableció una organización que protegía su intimidad, y nadie que no comulgara con su credo podía entrar en el santuario.
Los fantasiosos mensajes divinos también incluían la condena de los obispos que criticaban a Franco, quien, según Clemente, era el salvador de la Iglesia. Según sus supuestas visiones, el dictador debería ser canonizado. Un mensaje de 1974 advertía que si el sucesor de Franco desaparecía tras su inminente muerte, el marxismo y el capitalismo acabarían con el cristianismo para siempre. Clemente proclamó repetidamente la inminencia del Apocalipsis, y el fin se acercaba de hecho para la Iglesia Palmariana.
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TRANSMISIÓN: Miércoles a las 10PM en ID.
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