James Cameron regresa a Pandora desafiando las fronteras tecnológicas
La nueva película no solo cuenta una historia independiente a la de Avatar, sino que incursiona en la captura de actuación bajo el agua, colocándose una vez más a la vanguardia en el uso de la tecnología en la narración cinematográfica. AVATAR: EL CAMINO DEL AGUA, recientemente nominada a los GOLDEN GLOBES en las categorías de mejor película de drama y mejor director, ya se puede disfrutar en cines.
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Los fans del fascinante mundo de Pandora ya están disfrutando en cines de AVATAR: EL CAMINO DEL AGUA. Una nueva historia que transporta a Jake Sully (Sam Worthington), Neytiri (Zoe Saldaña) y sus hijos desde su hogar en los bosques hasta los vastos parajes de la luna Pandora, donde encuentran un nuevo lugar junto al clan Metkayina, una comunidad presentada por primera vez que habita en estrecha conexión con el agua.
Esta trama enfrentó a los realizadores de la nueva película a un desafío inédito: desarrollar la captura de actuación para los entornos acuáticos. Así, el equipo se dispuso a revolucionar nuevamente el uso de la tecnología al servicio de la narración, corriendo aún más los límites de lo posible para contar la historia de la forma más extraordinaria.
En 2009, James Cameron y su equipo rodaron AVATAR utilizando la revolucionaria técnica de “captura de actuación facial basado en la imagen” para dar vida de la forma más real a los personajes generados por computadora. Para lograrlo, desarrollaron un nuevo sistema utilizando una cámara montada en la cabeza de los actores para registrar con precisión los matices más pequeños de sus actuaciones faciales. Lo que es más importante, la cámara registraba el movimiento de los ojos, que no había sido el caso con los sistemas anteriores. Esa información luego era procesada por el equipo de efectos visuales, quienes desarrollaron la tecnología necesaria para lograr que los personajes generados por computadora se emocionaran exactamente como los actores cuya interpretación estaban reflejando. Para AVATAR: EL CAMINO DEL AGUA y sus secuelas, el sistema anterior se reemplazó por dos cámaras de alta definición diseñadas para registrar la actuación con más fidelidad y mayor sutileza.
Al comienzo de la producción de AVATAR: EL CAMINO DEL AGUA, Cameron y su equipo se reunieron para pensar cómo enfrentarían el nuevo desafío de hacer la captura de actuación bajo el agua. “La clave era poder filmar bajo el agua y en la superficie del agua para que la gente se viera nadando, saliendo del agua y buceando como debe ser. Se ve real porque la captura de movimiento fue real. Y la emoción fue real”, cuenta Cameron.
Para lograrlo, se construyó un tanque gigantesco que contenía mil metros cúbicos de agua y funcionaba como el escenario subacuático de captura de actuación. “Eso se convirtió en nuestro sistema completo de batalla. Podíamos hacer olas que rompían en la orilla y hacer que la gente saliera del agua mientras le rompían las olas encima. Podíamos generar interacción entre las olas, las criaturas y la gente que salía a la superficie”, describe el realizador.
Sin embargo, el primer obstáculo no tardó en presentarse. Rápidamente, el equipo advirtió que la tecnología de captura de actuación solo funcionaría bajo el agua si esta era completamente cristalina. Esto significó que los camarógrafos no podían usar equipos de buceo mientras filmaban, ya que esos equipos generan burbujas. “Cada una de esas burbujas funciona como un diminuto espejo deformante. El sistema que está tratando de leer todos los sensores que tiene el actor en el cuerpo para poder capturar el movimiento no puede distinguir entre los sensores y las burbujas”, explica Cameron. La restricción llevó a todos a tener que contener la respiración estando en el tanque, incluyendo los técnicos de iluminación, los operadores de las cámaras y los mismísimos actores.
La captura de actuación para AVATAR: EL CAMINO DEL AGUA comenzó en septiembre de 2017 y duró 18 meses. Cuenta Cameron que, para los actores, se trata de un proceso muy puro. “No hay nada que los distraiga. Nosotros filmamos. A veces grabamos durante 10 o 12 minutos seguidos. Es una fuente de creatividad, y yo, como director, estoy mucho más en sintonía con los estados emocionales de los actores”, confiesa.
Para que el elenco pudiera actuar bajo el agua y adaptarse a las condiciones que requería la tecnología utilizada, los realizadores convocaron a Kirk Krack, especialista de fama mundial en buceo libre, la disciplina que tiene como base la suspensión voluntaria de la respiración dentro del agua mientras se recorren largas distancias o se desciende hasta grandes profundidades.
Cameron asegura que el elenco disfrutó mucho del proceso y todos resultaron grandes buceadores libres, especialmente la actriz Kate Winslet, quien interpreta el personaje de Ronal, la matriarca chamánica del clan Metkayina. “A Kate le encantó la libertad de poder expresarse bajo el agua. Podía contener la respiración durante como 7 minutos 20 segundos. Yo hago buceo libre desde hace 50 años, y creo que la mayor cantidad de tiempo que pude contener la respiración fueron 5 minutos y medio”, cuenta el director.
Con la filmación de actuaciones concluida, Cameron y el equipo de montaje emplearon su revolucionaria cámara virtual, un recurso que permite que el director filme las escenas dentro de su mundo generado por computadora, como si estuviera filmando en una locación o en un set de Hollywood. Con esta cámara virtual, el director no veía a Zoe Saldaña, Sam Worthington o Sigourney Weaver, sino a sus gigantescos personajes azules en el mundo de Pandora. “Podía ver a todos en donde debían estar, bajo o fuera del agua, y podía hablar con ellos mediante el sistema de comunicación de buceo. Estaban actuando con la dirección en tiempo real según lo que yo veía en la cámara virtual”, describe Cameron.
El eslabón final del proceso de creación de las imágenes tuvo lugar en el Nueva Zelanda, más precisamente en el estudio de efectos visuales del realizador ganador del premio Oscar® Peter Jackson. Al igual que en AVATAR de 2009, los artistas del estudio pusieron manos a la obra para seguir dando vida a los Na’vi, preservando todos los matices y las sutilezas de las actuaciones.
“Para mí, siempre se reduce a los personajes y la capacidad de estar con ellos, de estar en el momento con ellos, de ver sus actuaciones, entender qué es lo que están sintiendo y lo que les está pasando. Uno siempre está buscando esa conexión emocional”, sostiene el supervisor de efectos visuales Joe Letteri.
Elevando la vara aún más luego de su galardonado trabajo con AVATAR en 2009, distinguido con el premio Oscar® y el premio BAFTA a Mejores efectos visuales, el estudio creó digitalmente a un nivel sin precedentes los nuevos rincones del cautivante mundo de Pandora, desde las exóticas criaturas marinas y la fauna en tierra, hasta los árboles, las rocas y la vegetación acuática. El estudio conquistó nuevas fronteras en iluminación, sombreado y renderizado, producto de cinco años de investigación y desarrollo de nuevos softwares y metodologías para la secuela.
Concluye Cameron: “Tuvimos que descubrir cómo se mueve el agua cuando una criatura gigantesca desplaza toneladas de agua con sus aletas, o cuando la más diminuta gota de lluvia cae en la frente de alguien, se escurre hasta la ceja y baja por la mejilla. Es un problema extraordinariamente complejo, pero lo hermoso es que, si puedes resolver el tema del agua para esta película, puedes hacer todo en el agua en cualquier momento hasta el fin de los tiempos. O sea que estas herramientas se convierten en algo de suma importancia para la industria de los efectos en general”.
AVATAR: EL CAMINO DEL AGUA ya se puede disfrutar en cines.
Más: A GOOD PERSON, CON FLORENCE PUGH Y MORGAN FREEMAN
Los fans del fascinante mundo de Pandora ya están disfrutando en cines de AVATAR: EL CAMINO DEL AGUA. Una nueva historia que transporta a Jake Sully (Sam Worthington), Neytiri (Zoe Saldaña) y sus hijos desde su hogar en los bosques hasta los vastos parajes de la luna Pandora, donde encuentran un nuevo lugar junto al clan Metkayina, una comunidad presentada por primera vez que habita en estrecha conexión con el agua.
Esta trama enfrentó a los realizadores de la nueva película a un desafío inédito: desarrollar la captura de actuación para los entornos acuáticos. Así, el equipo se dispuso a revolucionar nuevamente el uso de la tecnología al servicio de la narración, corriendo aún más los límites de lo posible para contar la historia de la forma más extraordinaria.
EL TANQUE DONDE SUCEDIÓ LA MAGIA
En 2009, James Cameron y su equipo rodaron AVATAR utilizando la revolucionaria técnica de “captura de actuación facial basado en la imagen” para dar vida de la forma más real a los personajes generados por computadora. Para lograrlo, desarrollaron un nuevo sistema utilizando una cámara montada en la cabeza de los actores para registrar con precisión los matices más pequeños de sus actuaciones faciales. Lo que es más importante, la cámara registraba el movimiento de los ojos, que no había sido el caso con los sistemas anteriores. Esa información luego era procesada por el equipo de efectos visuales, quienes desarrollaron la tecnología necesaria para lograr que los personajes generados por computadora se emocionaran exactamente como los actores cuya interpretación estaban reflejando. Para AVATAR: EL CAMINO DEL AGUA y sus secuelas, el sistema anterior se reemplazó por dos cámaras de alta definición diseñadas para registrar la actuación con más fidelidad y mayor sutileza.
Al comienzo de la producción de AVATAR: EL CAMINO DEL AGUA, Cameron y su equipo se reunieron para pensar cómo enfrentarían el nuevo desafío de hacer la captura de actuación bajo el agua. “La clave era poder filmar bajo el agua y en la superficie del agua para que la gente se viera nadando, saliendo del agua y buceando como debe ser. Se ve real porque la captura de movimiento fue real. Y la emoción fue real”, cuenta Cameron.
Para lograrlo, se construyó un tanque gigantesco que contenía mil metros cúbicos de agua y funcionaba como el escenario subacuático de captura de actuación. “Eso se convirtió en nuestro sistema completo de batalla. Podíamos hacer olas que rompían en la orilla y hacer que la gente saliera del agua mientras le rompían las olas encima. Podíamos generar interacción entre las olas, las criaturas y la gente que salía a la superficie”, describe el realizador.
Sin embargo, el primer obstáculo no tardó en presentarse. Rápidamente, el equipo advirtió que la tecnología de captura de actuación solo funcionaría bajo el agua si esta era completamente cristalina. Esto significó que los camarógrafos no podían usar equipos de buceo mientras filmaban, ya que esos equipos generan burbujas. “Cada una de esas burbujas funciona como un diminuto espejo deformante. El sistema que está tratando de leer todos los sensores que tiene el actor en el cuerpo para poder capturar el movimiento no puede distinguir entre los sensores y las burbujas”, explica Cameron. La restricción llevó a todos a tener que contener la respiración estando en el tanque, incluyendo los técnicos de iluminación, los operadores de las cámaras y los mismísimos actores.
ACTUAR BAJO EL AGUA
La captura de actuación para AVATAR: EL CAMINO DEL AGUA comenzó en septiembre de 2017 y duró 18 meses. Cuenta Cameron que, para los actores, se trata de un proceso muy puro. “No hay nada que los distraiga. Nosotros filmamos. A veces grabamos durante 10 o 12 minutos seguidos. Es una fuente de creatividad, y yo, como director, estoy mucho más en sintonía con los estados emocionales de los actores”, confiesa.
Para que el elenco pudiera actuar bajo el agua y adaptarse a las condiciones que requería la tecnología utilizada, los realizadores convocaron a Kirk Krack, especialista de fama mundial en buceo libre, la disciplina que tiene como base la suspensión voluntaria de la respiración dentro del agua mientras se recorren largas distancias o se desciende hasta grandes profundidades.
Cameron asegura que el elenco disfrutó mucho del proceso y todos resultaron grandes buceadores libres, especialmente la actriz Kate Winslet, quien interpreta el personaje de Ronal, la matriarca chamánica del clan Metkayina. “A Kate le encantó la libertad de poder expresarse bajo el agua. Podía contener la respiración durante como 7 minutos 20 segundos. Yo hago buceo libre desde hace 50 años, y creo que la mayor cantidad de tiempo que pude contener la respiración fueron 5 minutos y medio”, cuenta el director.
Con la filmación de actuaciones concluida, Cameron y el equipo de montaje emplearon su revolucionaria cámara virtual, un recurso que permite que el director filme las escenas dentro de su mundo generado por computadora, como si estuviera filmando en una locación o en un set de Hollywood. Con esta cámara virtual, el director no veía a Zoe Saldaña, Sam Worthington o Sigourney Weaver, sino a sus gigantescos personajes azules en el mundo de Pandora. “Podía ver a todos en donde debían estar, bajo o fuera del agua, y podía hablar con ellos mediante el sistema de comunicación de buceo. Estaban actuando con la dirección en tiempo real según lo que yo veía en la cámara virtual”, describe Cameron.
LLEVANDO LOS EFECTOS VISUALES A NIVELES SIN PRECEDENTES
El eslabón final del proceso de creación de las imágenes tuvo lugar en el Nueva Zelanda, más precisamente en el estudio de efectos visuales del realizador ganador del premio Oscar® Peter Jackson. Al igual que en AVATAR de 2009, los artistas del estudio pusieron manos a la obra para seguir dando vida a los Na’vi, preservando todos los matices y las sutilezas de las actuaciones.
“Para mí, siempre se reduce a los personajes y la capacidad de estar con ellos, de estar en el momento con ellos, de ver sus actuaciones, entender qué es lo que están sintiendo y lo que les está pasando. Uno siempre está buscando esa conexión emocional”, sostiene el supervisor de efectos visuales Joe Letteri.
Elevando la vara aún más luego de su galardonado trabajo con AVATAR en 2009, distinguido con el premio Oscar® y el premio BAFTA a Mejores efectos visuales, el estudio creó digitalmente a un nivel sin precedentes los nuevos rincones del cautivante mundo de Pandora, desde las exóticas criaturas marinas y la fauna en tierra, hasta los árboles, las rocas y la vegetación acuática. El estudio conquistó nuevas fronteras en iluminación, sombreado y renderizado, producto de cinco años de investigación y desarrollo de nuevos softwares y metodologías para la secuela.
Concluye Cameron: “Tuvimos que descubrir cómo se mueve el agua cuando una criatura gigantesca desplaza toneladas de agua con sus aletas, o cuando la más diminuta gota de lluvia cae en la frente de alguien, se escurre hasta la ceja y baja por la mejilla. Es un problema extraordinariamente complejo, pero lo hermoso es que, si puedes resolver el tema del agua para esta película, puedes hacer todo en el agua en cualquier momento hasta el fin de los tiempos. O sea que estas herramientas se convierten en algo de suma importancia para la industria de los efectos en general”.
VIDEO: CONTENIDO ESPECIAL PELÍCULA AVATAR 2
AVATAR: EL CAMINO DEL AGUA ya se puede disfrutar en cines.
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